Soy una incomprendida. Alguien raro en un mundo de normales, o la única normal en un mundo de raros. Soy una de esas personas que se pregunta cosas que a la mayoría de gente le da igual, que concede importancia a algo que los demás ignoran, y que ignora por qué extraño motivo el mundo concede tanta importancia a determinadas cosas. También soy un poco loca, o considerando quizás la proporción en el mundo, ustedes son los locos y no yo.

Tuesday, July 31, 2012

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Escribir o lo que es igual; amar con reciprocidad

Thursday, July 26, 2012

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Siempre pienso que si alguien o algo me concediese la oportunidad de pedir un deseo, respondería: "Deseo la Felicidad de todos aquellos a los que conozco, a los que simplemente he saludado alguna vez o con los que de cualquier tipo de manera tengo una mínima relación. Deseo la felicidad de todas esas personas, de las que quizá tan solo sepa su nombre, a las que quizá jamás vuelva a ver y las que seguro jamás dejarán de odiarme. Deseo la felicidad de todos y todas, ya sean conocidos o absolutamente ajenos a mí, de los que durante apenas tan solo dos segundos de mi vida, han formado parte de ella. Deseo la Felicidad de todos ellos, y por supuesto, la mía".

Wednesday, July 25, 2012

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Ni siquiera cuando mis sábanas cubren mi torso entero hasta la barbilla se me ocurre imaginar que algún día amaneceré abrazada a ti. 
Jamás mi cerebro ha tenido la intención de reproducir en esa pantalla irreal que cada uno poseemos dentro de nuestra cabeza la imagen de dos siluetas, dos siluetas que deduzco seríamos tú y yo, paseando juntas por un parque, correteando entre montones de arena o diciéndose “hasta mañana” tiernamente bajo la luz de una farola. 
Hace tiempo escondí mi ingenuidad, hace tanto tiempo… que por más que he intentado buscarla jamás la he conseguido volver a atrapar. Se perdió entre los montones de recuerdos y objetos con o sin valor que amontono por mi habitación. 
El otro día se me ocurrió salir al jardín, encontré la semilla de la que dicen es la flor más bonita plantada en una modesta maceta, llevaba ahí meses, pedía a gritos que alguien vertiese agua sobre ella antes de que fuese tarde. Pasé de largo… No la escuché creo, quizá me hice la sorda.

Tuesday, July 17, 2012

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No puedo imaginar las facciones de tu cara de cerca. No sé como son tus ojos mirando fijamente a los míos. Alguna vez lo he sabido, ha sido escaso, breve, diminuto, quizá por eso no pueda recrearlo en mi mente. Ha sido glorioso. Lo que sí tengo atravesado en el pecho es el tacto de tu pelo y las pequeñas dimensiones de tu mandíbula escurriéndose entre mis manos. Me llena de regocijo. 
Tengo un corazón, que aseguro, es pequeño. Tiene que ser pequeño por narices, ¡me cabe en el pecho! Pero hay algo dentro de él, abstracto, que no sé muy bien como se llama, pero pide salir a gritos y se desborda, invade cada recoveco y trata de dominarme. No sé que coño le pasa a ese capullo que se ha apoderado de mi pequeño músculo, pero cuando te ve hace que éste palpite increíblemente más fuerte, apresurado, casi saliéndoseme por la boca. Y luego lo vuelve a parar de golpe, lo cesa. Y provoca que sienta como si sobre cada poro de mi piel floreciesen a la vez puñados y puñados de margaritas, como si de una mañana primaveral se tratase. Y enseguida mi cuerpo simula como una pradera llena de flores invisibles que me hacen vomitar una sonrisa y guardarme para dentro, en el recuerdo, este instante. 
Me machaco. Constantemente tengo presente que para ti ni una décima parte de este sentimiento que me invade coexiste con tus pensamientos hacia mí. (...)

Thursday, July 12, 2012

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"(...) Hay instantes en los que amo a cada uno de los que tienen que ver con mi vida, incluso a aquellos cuyos deseos me resultan ajenos u hostiles. Me entran entonces ganas de coger el teléfono, llamar a unos y a otros sin excepción, y decirles: «Te amo en tu totalidad, en todo lo que en ti no se me parece, te amo tal y como vas, vivo, viva.» Y si no lo hago, es únicamente por miedo de acabar en el hospital psiquiátrico totalmente loco y totalmente radiante."

Christian Bobin, no podrías expresar mejor innumerables pensamientos que me aturullan a diario

Sunday, July 8, 2012

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Vivimos rodeados de tópicos que a menudo nos absorben el cerebro y no nos permiten ver más allá de lo que nos dictan. Nos dedicamos a enunciarlos con asiduidad y pocas veces nos paramos a analizarlos. Es habitual escuchar frases hechas como "nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes" u otros derivados que nos hacen pensar que sólo valoramos las cosas cuando nos faltan, que sólo las añoramos cuando ya no están y que nunca las disfrutamos al máximo mientras las poseemos. Mentira. Unos más, otros menos, pero todos sabemos valorar a diario las cosas de las que se nos ha hecho dueños. Todos somos conscientes de aquello a lo que nos podemos atener en cada momento, de aquellos a los que podemos acudir en cada momento, y es cuando faltan cuando notamos el hueco tan grande o tan pequeño que dejan en nosotros, y cuando deliberamos realmente cuan importante han sido. Pero no es entonces cuando más lo echamos de menos ni cuando más lo valoramos, eso es una trola que se han inventado no sé muy bien para qué.

Todo este rollo viene a dirigirse a algo mucho más simple, a algo paralelo a las cosas que nos rodean, a algo que siempre está presente pero a lo que no siempre se le toma como presente: la dependencia. 

Tratan de vendernos que en los tiempos que corren es inconcebible que alguien viva, por ejemplo, sin internet. Parece obvio que a cualquier persona vaya siempre adjunto un teléfono móvil, un ordenador, cualquier aparato electrónico, y termina pareciéndonos raro que sea al contrario. "Yo nunca veo la tele", "Yo no tengo un smartphone", resultan afirmaciones que producen una reacción de sorpresa y extraño para el receptor, cuando lo cierto es que hay un gran porcentaje de población en el mundo que jamás ha tenido ningún aparatejo de esos entre sus manos, ni jamás lo tendrá. Pero a ti te extraña, en tu país desarrollado, que alguien con quien te codeas tampoco posea nada de eso. 

Nos han manipulado disimuladamente para hacernos creer que dependemos de cosas materiales, y no es cierto. Depender, como bien indica su primera acepción en el diccionario quiere decir “Estar conexo o condicionado por algo para existir o tener lugar”. Y el ser humano cuando nace, nace solo, al menos, que yo sepa, ninguna mujer en el mundo ha parido una criatura a un teléfono pegado. Dependes de un corazón y de un cerebro para vivir, dependes de tu madre durante nueve meses y dependes de tus ganas para levantarte cada día también. Pero no de nada material, ni tan siquiera de tu propio brazo. Mucho menos de una persona, ya que tampoco nadie depende de nadie para seguir viviendo, y todo lo oscuro que muchas veces se ve cuando alguien se desprende de nuestras vidas, termina con el tiempo iluminándonos el camino hacia la verdad menos universalmente reconocida: eres autosuficiente para vivir solo, para vivir sin nada. Así que cuando pierdes a alguien o pierdes algo, solo tienes que mirar hacia todas las personas que siguen a tu lado y hacia todas las cosas que sigues poseyendo, y recordar que aun sin todo eso podrías seguir viviendo. 

Hemos sido creados para no necesitar nada más que con lo que se nos viene dado. La gente, los lugares y las cosas que aparecen en nuestras vidas no son más que adhesivos cuya función es adornarla y darle color, hacerla divertida, aportar vivencias que hagan que merezca todavía más la pena abrir los ojos por las mañanas, ponerte obstáculos y ayudarte a superarlos para que puedas sentirte capaz de alcanzar cualquier cosa,  pero que... tan fácil se pegan, tan fácil se despegan. O, ¿acaso alguien depende de una pegatina para vivir?