Soy una incomprendida. Alguien raro en un mundo de normales, o la única normal en un mundo de raros. Soy una de esas personas que se pregunta cosas que a la mayoría de gente le da igual, que concede importancia a algo que los demás ignoran, y que ignora por qué extraño motivo el mundo concede tanta importancia a determinadas cosas. También soy un poco loca, o considerando quizás la proporción en el mundo, ustedes son los locos y no yo.

Monday, April 30, 2012

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"Coged las rosas mientras podáis, 
 veloz el tiempo vuela. 
 La misma flor que hoy admiráis, 
 mañana estará muerta.

Coged las rosas mientras podáis. La expresión latina de ese sentimiento es Carpe Diem. ¿Por qué usa esa frase el autor? Porque seremos pasto de los gusanos. Porque lo crean o no, todos los que estamos en esta sala un día dejaremos de respirar, nos enfriaremos y moriremos. Quisiera que se acercaran aquí y examinaran estas caras del pasado, las han visto al pasar, pero no se han parado a mirarlas. No son muy distintos a ustedes, ¿verdad?. El mismo corte de pelo, repletos de hormonas igual que ustedes, invencibles como ustedes se sienten, todo les va viento en popa, se creen destinados a grandes cosas como muchos de ustedes. ¿Creen que quizá esperaron hasta que ya fue tarde para hacer de su vida un mínimo de lo que eran capaces?, porque estos muchachos están ahora criando malvas, ¿comprenden señores?. Pero si escuchan con atención, podrán oír como les susurran su legado... Acérquense, escuchen, ¿lo oyen?: Carpe Diem. Aprovechad el momento chicos. Haced que vuestra vida sea extraordinaria."

Friday, April 27, 2012

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Estaba saboreando gustosamente un cremoso yogur, un cremoso yogur que en cualquier otro momento me hubiese provocado unas profundas ganas de vomitar, pero que cuando el cielo se pone gris y de fondo suena lo que cualquier machote consideraría una mariconada de canción, parece que hasta sabe bien. Y, de pronto, alguna parte de mi cerebro ha decidido recordarme lo profundamente infeliz que me siento. Y a continuación me he preguntado a mí misma si habrá algún alma caritativa que tenga ganas de acompañarme a gastar todo el dinero que tengo en ropa. Y justo justo a continuación, me he auto-contestado diciendo "Luego dirás que no eres una consumista. Ni una materialista. Y que el dinero no da la felicidad". Y he hecho balance, y tras numerosos cálculos y alguna que otra duda que he tardado un poco más en resolver, he llegado a unas palabrillas de mi querido Woody que dicen algo así 'El dinero no da la felicidad, pero produce una sensación muy parecida'. Y la verdad que, lamentablemente, pocas veces he escuchado algo tan cierto.
Porque me puedo atiborrar a infinitas cosas materiales que me provoquen una felicidad momentánea tan duradera que me haga creer que no necesito nada más. Pero en el momento menos inesperado me acordaré de lo vacía que está mi cama por las noches, bueno, por las noches y cuando me despierto por las mañanas también, y... por qué no, a todas horas. Y lo absurdas que me parecen las bandas blancas de los pasos de cebra si no hay nadie a quien agarrarme de la mano para saltar de una en una sin salirme al asfalto negro. O de lo ridículo que queda un batido si no es con dos pajitas y dos bocas absorbiendo por cada una de ellas al mismo tiempo. Porque, hasta el momento, ni un libro, ni un plato de comida, ni una prenda de ropa, ni un anillo, ni un móvil, ni un coche, ni el reloj más caro de todo el jodido universo te sabe abrazar si le gritas "¡Dame un puto abrazo!". Y te acuerdas de él, o de ella, o de ellos, o no sé, pero te acuerdas de todo eso que no puedes comprar ni con todo el oro del mundo, sí, te acuerdas hasta del aire que respiras a diario.
Y a veces no sabes si suplicar a alguien que te apedree, si beber cicuta o si simplemente resignarte a sentirte la más gilipollas de la Tierra. Porque le has tenido a cinco centímetros, inconscientemente te ha dado infinitas oportunidades para decirle todo aquello que jamás pensaste que le querrías decir, te ha propuesto compartir a su lado esos minutos que nunca hubieses imaginado que desearías recordar con él, y tú, como mema de campeonato que eres, has desperdiciado todo eso, lo has cogido y lo has lanzado al vacío, has hecho que se desintegre. Has dado por hecho que las oportunidades así son algo que aparecen con frecuencia, algo de todos los días, cuando bien en el fondo ya tenías aprendido de antes que sucede justo al contrario. Y ahora sientes que venderías todo lo que tienes por tan solo volver a gozar de un pequeño minuto de todos esos, para no desaprovecharlo. Pero ajá, ahora es tarde. La nostalgia y el karma han llegado, a traición, en el minuto exacto, agarrados de la mano, para volver a recordarte la puta lección que parece que no te da la gana aprender.

Thursday, April 26, 2012

Feria de Sevilla

Photobucket Nunca mi mítico "ojalá fuese hace justo una semana" lo había sentido tan fuerte

Tuesday, April 17, 2012

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"Un buen día, cuando ya había abandonado toda esperanza de sentir y hacer sentir que sentía, apareció él. Él, que todo lo hizo sin saber que lo hacía. Él, que todo lo cambió sin querer. En cuanto le vi, automáticamente empecé a descubrir el sabor amargo y salado del llanto. Porque le he llorado. Le he llorado mucho y, como siempre se llora, a demasiada distancia. Bajo la lluvia, mezclando mis lágrimas con las del cielo, desde el cierre derrotado de cualquier bar o bajo la media apertura de su ventana, da igual. Le he llorado como nunca lloré a los que creía conocer. Le he llorado por ese futuro que ya no tendremos. Le he llorado por ese pasado que dejamos pasar. Le he llorado hasta quedarme sin aliento. Y le sigo llorando por lo que no pudo ser, incluso por lo que nunca será.


Sé lo que estarás pensando. Que estoy enferma. Que no le conozco de nada. Que no hemos cruzado más de dos palabras. Pero es que, en ocasiones, la nostalgia es tan caprichosa que no necesita argumentos para doler. Se pueden echar de menos amores que jamás ocurrieron. Se pueden extrañar situaciones que no llegaron a pasar. De hecho, si nunca te ha ocurrido, es que nunca has querido por encima de tus posibilidades. Y si no has querido por encima de tus posibilidades, tu corazón no ha pasado de ser un órgano muscular hueco que impulsa sangre.



Eso es lo que pasa. Que le echo de menos. En toda su ausencia. Hasta decir basta. Añoro esos paseos que nunca dimos por el parque. Añoro esos besos que jamás me dio. Esas risas tontas que no nos echamos. Esa canción que nunca escuchamos juntos después de no hacer el amor. Tengo que volver con él antes de morirme del todo. Tengo que volver con él hasta el punto en el que dejó de poder ser. Y volver a empezar juntos... por primera vez."

Monday, April 16, 2012

VÍCTOR FERNÁNDEZ NAVARRO

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Muchísimas felicidades a uno de mis mejores amigos. Al que siempre me ha escuchado, aguantado, soportado y consolado. Quien me ha enseñado mucho y me ha regañado cuando tocaba. Quien cuando no tenía a nadie más ha estado ahí, día tras día, ayudándome a ver todo de otra manera y haciéndome aprender muchas lecciones. El verdadero autor de esas líneas escritas debajo de la cabecera de mi blog que tanta gente ha copiado, y de muchos otros fragmentos y conversaciones que han aparecido por aquí. Porque me conoce y creo que me entiende como pocas personas lo hacen. Quien me acepta y quiere tal como soy. Quien inesperadamente me ha hecho reír, y quien me hace sentir afortunada todos los días por saber que le tengo a mi lado. Alguien con quien puedes contar para todo. Con quien he compartido grandes momentos y la mayoría de las mejores conversaciones de mi vida. Una gran cabeza, una gran inteligencia, un gran amigo y sobre todo, una gran persona.

Thursday, April 12, 2012

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Lo curioso de las personas y lo magnífico de las circunstancias. De repente te cruzas con alguien que te pilla desprevenida haciendo cualquier tontería, te mira, se ríe, cariñosamente intercambiáis una sonrisa, y no le vuelves a ver más, y piensas que quizá en otro contexto le hubieses odiado.

Wednesday, April 11, 2012

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Y repaso todo, de principio a fin, detalle tras detalle, recuerdo cosas que estaba a punto de olvidar y finalmente me siento la persona más miserable del planeta. No tengo nada en qué basarme, pero hay algo que me hace deducir que eres feliz. Y cada vez que lo pienso no puedo evitar sonreír como una imbécil, porque es justo lo que quería. Así que al final hemos terminado ganando todos, porque has ganado tú.

Tuesday, April 10, 2012


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"Es la historia más vieja del mundo. Un día tienes diecisiete años y estás planeando lo que serás algún día… Y entonces, sin hacer ruido, y sin que de verdad te hayan avisado, algún día es hoy. Y luego algún día es ayer. Y ésta es tu vida."

Friday, April 6, 2012

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A veces me pregunto si de verdad sabemos utilizar los recuerdos. Muchos tienen la suerte de no atender demasiado a su pasado ni al rastro que ha ido dejando poco a poco en su vida, otros, como yo, se aferran a él indeterminadamente y se ven incapaces de desprenderse. Guardo en cajones fotos, cartas, pulseras, juguetitos, libros, barbies... Un sinfin de objetos materiales que para mí tienen un valor que no podría definir, simplemente porque cada vez que los veo me teletransportan a momentos concretos de mi vida que jamás quiero olvidar. Pero... ¿Qué consigo con ello? ¿Realmente necesito tener que recordar todo eso para seguir adelante? ¿No sería mucho más fácil mi vida si pudiera desprenderme sin dificultad de todo aquello, si pudiera olvidar sin problema determinados sentimientos, situaciones, conversaciones... que ocurrieron en un pasado? Supongo que sí.

Quizá algunos se lleven muy bien con ella, pero para mí la nostalgia es mi mayor enemiga. A veces, no sé si lamentar o agradecer la perfecta memoria que tengo, ya que, por culpa o gracias a ella, son incontables las veces que se me ha oído decir "ojalá fuese justo hoy hace un año". Incontables las veces que he deseado con todas mis fuerzas regresar a un instante de mi pasado, y no por cambiar nada, sino por el simple hecho de volver a experimentar todo aquello que me proporcionó en su momento.

Supongo que todo es porque en ocasiones, las personas, nos sentimos vacías, nos estancamos en la búsqueda de algo nuevo, de nuevas compañías, nuevas vivencias, nuevos recuerdos. Y ante la frustración de no encontrar lo que necesitamos, recurrimos a todo aquello que ya hemos tenido, e incluso solo deseamos volver a tener algo igual. Lo que considero un error enorme pero, lamentablemente, inevitable.

Thursday, April 5, 2012

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Le odio. Es imbécil. No sabe flirtear ni tratar a las chicas. Tampoco tiene ni puta idea de todo lo que se ha perdido, pero yo no pienso desperdiciar un segundo más desde luego. Supongo que no estaba hecho para mí. O quizá sea el karma repartiendo justicia, como siempre... Solo sé que me siento como cuando de enana veía al chico que me gustaba con otra, o como cuando pensaba que estaba enamorada de alguien con quien solo tenía relación por internet. Y me doy mucha pena. Me parece totalmente ridículo que me pase algo así, ahora, a mí. Le he dedicado demasiados minutos de mi valioso y querido tiempo en mi cabeza. Y no me gusta hacer cosas en vano, ni estar tanto tiempo detrás de algo para no conseguir nada.

Porque claro... no tiene ni idea de nada de esto, ni de que me acuesto todas las noches pensando en él, ni de que hago cosas solo por él, ni de que incluso he llorado y he sido la persona más feliz del mundo gracias a él. Desde hace tiempo pienso que los domingos son el mejor día de la semana simplemente porque me lo cruzo un par de segundos. Tampoco tiene ni idea de que me he puesto a temblar y he sentido que se me salía el estómago por la boca cuando le he dado dos besos. Seguro que nunca se ha imaginado que las veces que hemos estado un rato juntos he deseado que se pare el tiempo para no tener que despedirnos y poder mirar a mi lado y verle a él riendo, diciendo cualquier tontería.

Wednesday, April 4, 2012

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Son hombres, jóvenes, las rozan, pero ninguno supera las dos décadas de vida. Están todos juntos, dicen tonterías constantemente, no paran de reír. A veces solo ellos se entienden, entre ellos. Se han visto recién levantados, de fiesta, en la playa, de estudio, de resaca, en los peores, en los mejores momentos. Supongo que son como hermanos. El tiempo, inevitablemente, les va separando, uno por uno, cada uno toma su camino, la relación se estrecha, acaba quedando muy lejana. Un día, sin motivo aparente, alguno de ellos toma la iniciativa de reencontrarse con los demás, y lo consigue, se produce una reunión. Ahora todos superan las cuatro décadas de vida, varios van trajeados, parecen hombres serios, con vidas labradas, trabajos y salarios supuestamente fijos, con familias propias. Aparentemente nada queda de la falta de madurez que manifestaban aquellos jóvenes risueños muchos años atrás. Pero de pronto se rompe la monotonía de la formal conversación que están manteniendo, alguno comienza a reír a carcajadas, acaban riendo todos a carcajadas, vuelven todos a decir tonterías. Por un instante parece que no haya pasado ni un solo día desde aquellos tiempos de adolescencia. Y eso es lo que más me gusta de la amistad. Es lo que más me gusta de la vida.

Tuesday, April 3, 2012

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Extremadamente pancistas. Todos. El ser humano tiende a creer que es mejor persona cuando se declara feliz por el simple hecho de las buenas cosas que le suceden a los demás. Mentira. Siempre solemos encontrar en ello algo que nos proporciona beneficio. Y cuando aparece el beneficio, éste viene cogidito de la mano del interés. Y si hay interés, desaparece toda muestra de humildad. Somos unos ególatras, embobados con nosotros mismos. En mi casa, es mi padre quien indica en el calendario “el día del padre”, o mi hermana, quien remarca su propia fecha de cumpleaños. A ninguno se nos ocurre señalar una data que afecte a otro miembro de la casa que no sea a nosotros mismos. Solo queremos que se acuerden de nosotros, es una disimulada manera de decir “el resto del mundo me importa una puta mierda”. Y, tristemente, es una pequeña observación que resume acciones humanas que se repiten diariamente. El día que el altruismo reine en nuestro mundo, y la humildad se lleve escrita en la piel, las cosas serán muy, muy diferentes.