A veces me pregunto si de verdad sabemos utilizar los recuerdos. Muchos tienen la suerte de no atender demasiado a su pasado ni al rastro que ha ido dejando poco a poco en su vida, otros, como yo, se aferran a él indeterminadamente y se ven incapaces de desprenderse. Guardo en cajones fotos, cartas, pulseras, juguetitos, libros, barbies... Un sinfin de objetos materiales que para mí tienen un valor que no podría definir, simplemente porque cada vez que los veo me teletransportan a momentos concretos de mi vida que jamás quiero olvidar. Pero... ¿Qué consigo con ello? ¿Realmente necesito tener que recordar todo eso para seguir adelante? ¿No sería mucho más fácil mi vida si pudiera desprenderme sin dificultad de todo aquello, si pudiera olvidar sin problema determinados sentimientos, situaciones, conversaciones... que ocurrieron en un pasado? Supongo que sí.
Quizá algunos se lleven muy bien con ella, pero para mí la nostalgia es mi mayor enemiga. A veces, no sé si lamentar o agradecer la perfecta memoria que tengo, ya que, por culpa o gracias a ella, son incontables las veces que se me ha oído decir "ojalá fuese justo hoy hace un año". Incontables las veces que he deseado con todas mis fuerzas regresar a un instante de mi pasado, y no por cambiar nada, sino por el simple hecho de volver a experimentar todo aquello que me proporcionó en su momento.
Supongo que todo es porque en ocasiones, las personas, nos sentimos vacías, nos estancamos en la búsqueda de algo nuevo, de nuevas compañías, nuevas vivencias, nuevos recuerdos. Y ante la frustración de no encontrar lo que necesitamos, recurrimos a todo aquello que ya hemos tenido, e incluso solo deseamos volver a tener algo igual. Lo que considero un error enorme pero, lamentablemente, inevitable.
Evitable, maja, evitable, afortunadamente. Nunca digas nunca jamás.
ReplyDeleteY las colchonetas son de Massimo Dutti, de Bimba y Lola o de tuya y suya?
chica deja de ponerte relleno en los bikinis que das risa
ReplyDeletejajajaja relleno se pondrá tu madreeeeeeee
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