Monday, February 1, 2010
"Estoy escuchando una emisora seria, una emisora con solvencia informativa, en la que trabajan personas dignas de confianza a las que conozco, de las que suelo fiarme cuando me cuentan algo. En esa emisora digna de toda confianza están entrevistando a una mujer que se declara especialista en ciencias ocultas, y la locutora le pregunta, con el respeto que merece un experto, tal vez con admiración, cuáles son los mejores procedimientos para hacernos recuperar no ya los recuerdos perdidos de la infancia, sino la memoria de existencias anteriores. La señora le explica las virtudes terapéuticas de remontarse a las vidas que podemos haber vivido hace siglos: cuenta, por ejemplo, que un paciente suyo tenía terribles dolores de reumatismo o de artritis en una mano, y que se le curaron no gracias a lo que ella llamaba, con desprecio, la medicina oficial, sino cuando, con ayuda del hipnotismo practicado por ella, el paciente se acordó de que cuatrocientos o quinientos siglos atrás (con la fecha no llegué a quedarme) había sido esclavo o ladrón en una ciudad musulmana, y en castigo de un robo le habían cortado la mano derecha. (...)
Uno cree que la racionalidad avanza, que, poco a poco, con progreso lentísimo, va desplazando a la superstición: a Galileo ya no lo amenazarían con la hoguera, a una pobre mujer psicótica ya no la acusan de brujería, ni a un epiléptico se le considera poseído por los demonios. Incluso queda el reflejo colonial de suponer que el oscurantismo pertenece al ámbito de las sociedades primitivas, y que el fanatismo religioso va disolviéndose según desaparece la pobreza.
Ilusiones: no hay nada ganado firmemente para la claridad del pensamiento racional y del avance científico. Los adelantos más resplandecientes de la tecnología sirven para difundir mensajes medievales, y las bestias racistas que aspiran a limpiar Estados Unidos de negros, judíos y asiáticos difunden y nutren su veneno a través de Internet. Siglo y medio después de las observaciones y las intuiciones luminosas de Charles Darwin, la teoría de la evolución empieza a encontrarse casi tan perseguida en algunos Estados de ese país como el pensamiento ilustrado en la España miserable y tétrica de Fernando VII.
La reacción más rancia y el progresismo más ficticio hacen causa común contra el pensamiento racional. Hablo con personas que me dan la impresión de ser bastante parecidas a mí y al cabo de un rato me preguntan con afectuoso interés cuál es mi signo del zodiaco. Participo en una comida en la que se discute seriamente un proyecto de algo atractivo y difícil, un trabajo de adultos, de gente que sabe hacer cosas de mucha inventiva y sofisticación técnica. Días más tarde, me entero de que uno de los que se sentaban en la misma mesa que yo ha consultado a un brujo para saber si tendrá éxito el proyecto, y si a él le conviene participar...
Cada vez tengo más la impresión de estar viviendo en otro siglo, en una edad oscura a la que aún no ha llegado la Ilustración. Quizá debería consultar a la experta en regresiones de la radio, a ver si resulta que, en una vida anterior, llevé la casaca y la peluca empolvada de un enciclopedista incorregible."
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2 cositas:
ReplyDelete-yo soy más guapo JAJAJAJAJAJAJAJJAJA(no fagas caso a mi profe)
-Viva la republica independiente de Nacho Lillo..como no ajjajajajajaja
un beso E
mi bro es genial
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