Un día aprendí que, puede que sean las cuerdas vocales situadas en nuestra garganta las que emiten los sonidos que acaban convirtiéndose en palabras que vomitamos por la boca, pero que realmente quien habla es el corazón.
Es a ese aparatito, al que inconscientemente le otorgamos el mayor poder sobre nuestras palabras. El único capaz de cambiar, qué sé yo, el más profundo "te quiero" pronunciado por nuestro corazón, por el más asqueroso "te odio" que finalmente expulsamos por la boca.
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ReplyDeleteme encantan todas tus entradas!! eres genial :) pasate por el mio