Nuestro único trabajo es cuidar de la vida. Lo concluimos cuando los que amamos pueden encontrar su sustento lejos de nosotros, a pesar de nuestra ausencia, y tal vez: gracias a nuestra ausencia.

Creo que no sabemos donde tenemos que buscar la felicidad.
 La mayoría de las veces nos equivocamos de lugar, de cosa o de persona.

Está donde menos la esperamos. Se esconde en sitios verdaderamente fáciles de descubrir. Incluso se nos presenta delante, clara, con una capa transparente. Y no sabemos verla. Si nos fijamos, podemos encontrarla en cualquier lado. En cualquier acción. En cualquier gesto. En cualquier desconocido.

Afligida me encontraba en un supermercado. La gente andaba con prisa de arriba a abajo, cargando con toda esa comida, empujando con fuerza todos esos carritos. Veía rostos cansados, aburridos, fatigados, deseosos por salir de ahí. Yo tampoco me sentía mucho mejor que ellos.

Nada distinto a ese ambiente mustio y desganado parecía que me fuese a deparar ninguno de los pasillos por los que deambulaba.

De pronto, crucé mi mirada con la de un bebé que reposaba sobre su correspondiente asiento, me sonrió. Vi dos dientecillos sobresalir por unos finos y diminutos labios. Y me invadió tal sentimiento de felicidad de pies a cabeza, que sentí todos los huesos de mi cuerpo chocar de alegría y a cada músculo de mi cuerpo sonreír.

Puede que la clave para encontrar la felicidad sea precisamente dejar de buscarla.

"En realidad no me faltan historias. La vida está llena de ellas, si uno tiene ganas de contarlas. Y si los vivos no las quieren oír, pues… siempre se puede contar con los muertos. Un amigo me dijo que adoran a los escritores."

+ ¿Quieres pasar de él? Es que menudo cerdo. Son todos así, son tíos.

- No, no. No quiero pasar. Pero, no sé... no soy un trozo de carne con un agujero, aunque la mayoría me verá así, no lo soy. Me gusta conocer a las personas, y no ser tan directa. A veces está genial ser directo, se pierde muuucho tiempo dando rodeos innecesarios. Pero otras veces está muchísimo mejor mantener la incertidumbre y ser un poco más discreto, es más emocionante, nos mola más no tener nada claro. Y que ellos sean así de simples... me decepciona. 

+ Muy cierto, sí. Pero es que ese tío va a lo que va, como casi todos. No va a conocerte. 

- Pero te puedes tirar a una tía y haber tenido antes un par de conversaciones interesantes con ella, ¿no?. Y llevarte eso también, llevarte el conocer a una persona nueva y tener una mínima idea de lo que pasa por su cabeza, y no solo el placer del momento. Para eso que se hagan una paja mirando una foto mía. Mi foto no habla, ni piensa, ¡yo sí!. Mi foto no tiene sentimientos, y yo sí.

(...) Me apetece destacar cómo una persona es capaz de hacerte cambiar de estado de ánimo con a penas dos palabrejas. Y oooh, ¡¡él lleva dándole tanta emoción a mis días desde hace unos meses!!. Probablemente no se lo imaginaría, pero desde la primera vez que intercambiamos un par de mensajes hasta ahora, hablar con él ha supuesto un gran motivo más por el cual levantarme cada día. Bueno, y yo tampoco me lo imaginaba la verdad. Fue una gran sorpresa.
La vida esta llena de pequeñas, medianas y grandes sorpresas, gracias a las cuales, cuando empiezas a verlo todo negro, vuelves a recuperar ese entusiasmo y vitalidad que a punto estaban de desaparecer. Y eso es lo que él hace sin saber conmigo. ¡Me llena de vida! Me gratifica saber que de alguna manera está ahí, y que de algún modo, aunque no sea como yo quiero, tengo su cariño. Él me da felicidad, y sin querer también me la quita. Pero siempre me la devuelve. Me hace reír y me hace sentir cosas que hace mucho que no sentía y que, la verdad, echaba bastante de menos.
A veces me da la sensación de que estoy a punto de explotar de todo el amor que retengo, de todo el amor que pretende salir por cada poro de mi piel, pero al que intento no dejar escapar. Me cuesta mucho controlarme. Sé que si le tuviese delante desearía estar todo el rato abrazada a él, o acariciándole, o besándole. Y desde luego, eso es exactamente lo que ha sucedido las pocas veces que le he visto. Me da pena tener que callarme tantísimas cosas que me gustaría que supiera... ¿Por qué tengo que atar todo esto que siento hacia él? ¿Y por qué no nos dejan ser felices juntos? Que asco.
Bueno, está claro que el único que podría cambiar eso es él. Pero no quiere. Así que me limito a resignarme y a seguir fantaseando y a pensar que en algún momento, por pequeño que sea, volveré a gozar de tenerle a mi lado. Y con eso me sobra. ¡¡Me sobra con verle!! Él ha aparecido para hacerme feliz, es su misión, estoy segura, y la lleva a cabo perfectamente. Me evade de toda la basura de alrededor que contamina, joder.
Me pregunto qué pensará de todo esto, o qué sentimientos despertaré yo en él. A mí me provoca acelerones de corazón, nerviosismo, y ternura, mucha ternura. Me importa tanto, le aprecio tanto. Más de lo que cree.
Que lástima que alguien tropezase antes que yo con esa joya. Qué afortunada. Y qué injusto.

"¿Quién habría pensado que enseñar a una niña a surfear me enseñaría a mí que el surf no es lo más importante del mundo? Sino otra cosa, el amor. Más grande que cualquier tsunami, más poderoso que cualquier miedo."

"Ya te he escrito en otras oportunidades sobre lo mucho que todos aquí dependemos de los estados de ánimo, y creo que este mal está aumentando mucho últimamente, sobre todo en mí. Aquello de Himmelhoch jauchzend, zu Tode betrübt, ciertamente es aplicable en mi caso. En la más alta euforia me encuentro cuando pienso en lo bien que estamos aquí, comparado con la suerte que corren otros chicos judíos, y «la más profunda aflicción» me viene, por ejemplo, cuando ha venido de visita la señora Kleiman y nos ha hablado del club de hockey de Jopie, de sus paseos en piragua, de sus representaciones teatrales y los tés con sus amigas.

 No creo que la envidie, pero lo que sí me da es un ansia enorme de poder salir a divertirme como una loca y reírme hasta que me duela la tripa. Sobre todo ahora, en invierno, con las fiestas de Navidad y Año Nuevo, estamos aquí encerrados como parias, aunque ya sé que en realidad no debo escribir estas palabras, porque parecería que soy una desagradecida, pero no puedo guardármelo todo, y prefiero citar mis palabras del principio: «El papel es paciente». (...)

Créeme, cuando llevas un año y medio encerrada, hay días en que ya no puedes más. Entonces ya no cuentan la justicia ni la ingratitud; los sentimientos no se dejan ahuyentar. Montar en bicicleta, bailar, silbar, mirar el mundo, sentirme joven, saber que soy libre, eso es lo que anhelo, y sin embargo no puedo dejar que se me note, porque imagínate que todos empezáramos a lamentarnos o pusiéramos caras largas... ¿Adónde iríamos a parar? A veces me pongo a pensar: ¿no habrá nadie que pueda entenderme, que pueda ver más allá de esa ingratitud, más allá del ser o no ser judío, y ver en mí tan sólo a esa chica de catorce años, que tiene una inmensa necesidad de divertirse un rato despreocupadamente? No lo sé, y es algo de lo que no podría hablar con nadie, porque sé que me pondría a llorar. El llanto es capaz de proporcionar alivio, pero tiene que haber alguien con quien llorar. A pesar de todo, a pesar de las teorías y los esfuerzos, todos los días echo de menos a esa alguien que me comprenda."

¿Es posible que te quiera? Quiero decir... Quiero a todo el mundo que conozco, a todas las personas, aunque solo hayamos cruzado dos míseras palabras, a todas las quiero, aunque sea lo mínimo. Pero, ¿es posible que a ti te quiera de un modo diferente a como les quiero a ellos? Y no digo más, ni menos, no me refiero a la cantidad, a parte de que es obvio que el amor no se puede medir. Me refiero a la forma. ¿Es posible que nunca antes haya querido a alguien así? Así, de esta manera... que no sé cual es.

Solo cuando quienes realmente os conocen se atreven a hablar de vosotros tenéis que prestar profunda atención a su veredicto 

"Todo el mundo posee belleza pero no todo el mundo lo ve. Tú, sin embargo, posees demasiada, tanto interior como exterior, y no sé si la demás gente la verá pero yo desde luego sí que la veo y estoy orgullosísima de haber encontrado a alguien como tú. Tan especial y buena persona, buena amiga, sobre todo, en la que confío ciegamente. Me encanta estar a tu lado, siempre estoy muy a gusto contigo, hagamos lo que hagamos, y ahora mismo en mi habitación me faltas a mi lado. Eres muy borde muchas veces, pero en el fondo eres dulce y cariñosa, aunque a tu manera claro... Obviamente no tan empalagosa como yo, pero sé que tienes un gran corazón. ¡Yo por ti movería montañas! Espero que no nos separemos nunca. De todas formas, presiento que así será, ya que como siempre te digo, no concibo la vida sin ti y aunque estemos lejos la una de la otra, nuestra amistad no se romperá, al menos por mi parte. A mí me tendrás siempre, INCONDICIONALMENTE, para lo que sea, para cualquier cosa que necesites, para cualquier problema que tengas. ¡Al fin encontré a alguien que vale la pena! (...)

Y ten en cuenta una cosa; el día que no seas feliz por algún motivo recuerda que en la vida siempre hay alguien que si que lo es gracias a tu existencia. Una de esas MUCHAS personas que son felices porque tú existes soy YO. Eres transparente como el agua, sincera, simple, generosa y lista, muy inteligente aunque bastante vaga y pasota, sensible, tímida, muy obsesiva y enamoradiza, demasiado diría yo, algo débil también, pero me encantas. "Eres más valiente de lo que crees, más fuerte de lo que pareces y más inteligente de lo que piensas", como diría Christopher Robin. Y podrás alcanzar todos los objetivos que te propongas, porque como ya te he dicho antes; tienes todo lo que necesitas para conseguir todo lo que quieres. Estoy convencida de que vas a llegar a ser muy grande y de que vas a triunfar en la vida and I WILL ALWAYS BE WITH YOU! This is the most important thing."

Tania Balasch Pérez

¡¡SED INCOHERENTES!!

"La gente que no se ha llevado nunca la contraria es gente que cree que jamás se ha equivocado, cosa que, como comprenderás, no es ni sana ni recomendable ni muchísimo menos verdadera. Esa misma gente que adora la coherencia es impermeable a cualquier novedad que pueda hacerle cambiar de criterio, y si algo tiene la realidad esta que nos rodea, es que nos bombardea con nuevos y refrescantes datos a cada segundo, minúsculas invitaciones a replantearnos lo que creíamos saber.

La incoherencia también figura como el germen de cualquier romanticismo. Ser romántico no tiene nada que ver con cenar a la luz de las velas y recitar versos de Neruda bajo la luna llena. Eso es cursilería, pero no romanticismo. El verdadero romanticismo consiste en ser incoherente con alguno de tus principios, romperlos y traicionarlos de cabo a rabo, y hacerlo todo por amor a alguien.

Piensa que la gente más peligrosa que te puedes llegar a encontrar es justo todo lo contrario, gente extremadamente coherente, individuos que, por encima de cualquier otro valor, anteponen siempre la fuerza de lo que pensaron o hicieron en el pasado a lo que piensan u ocurre en el presente. El fundamentalista es un tipo de lo más coherente. Pero también el genocida. Y el asesino en serie, ya no digamos."