Soy una incomprendida. Alguien raro en un mundo de normales, o la única normal en un mundo de raros. Soy una de esas personas que se pregunta cosas que a la mayoría de gente le da igual, que concede importancia a algo que los demás ignoran, y que ignora por qué extraño motivo el mundo concede tanta importancia a determinadas cosas. También soy un poco loca, o considerando quizás la proporción en el mundo, ustedes son los locos y no yo.

Monday, November 12, 2012

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Depósitos a rebosar de amor y ternura aguardan perdidos en algún lugar del mundo. 
Alguien alguna vez los ha encontrado y ha robado una pizca, otros han pasado de largo, unos pocos se han llevado grandes cantidades y alguno que otro ha cogido un puñado para simplemente repartirlo. 
Yo, no sé cómo ni cuándo llegué allí, pero soy gilipollas, me timaron y me bebí un bidón entero. 
Ahora ando drogada de amor. Si se pudiera materializar todo lo que invisiblemente desprendo, sin duda caminaría rodeada constantemente de una aureola color rosa chicle, con muchas nubecitas de algodón y ositos de peluche. Resumiendo, una auténtica mariconada. 
Pero de eso nos aprovechamos los de mi especie, y es que, por suerte, los sentimientos son abstractos. Imaginad que putada si fuesen de otra manera. 
A veces me planteo si soy la única boba que picó en la trampa. Si soy la única que inconscientemente sigue confiando en el eterno lado bueno y tierno de las personas. 
Y es que parece que ahora eso no es lo que se lleva. ¿No? Cuanto más hijo puta eres, mejor. O eso me han dicho los actos que realizáis a diario, que por si no lo sabíais, tienen boca. Saben hablar por sí solos. 
Ahora lo que está de moda es pasar por un mercadillo, agarrar la primera armadura resistente que encuentres y encasquetártela a modo de caparazón permanente. Una armadura que satisfaga el sentiros inmunes a toda gran o pequeña muestra de afecto. Algo que os convierte a la par en seres tan desgraciados como envidiables. 
Una armadura no resistente a los golpes y al dolor. O bueno sí, pero no a los golpes y al dolor físico. Una armadura que viene con el regalo extra de un manual para ser un cabronazo de primera. Una joya de elemento al alcance de cualquiera. 
Una nueva tendencia que hace que mis queridos depósitos queden en el olvido y acaben pudriéndose. Una sutil manera de fomentar la 'ley del más fuerte' (porque cuanto menos parezca que sufres o sientes, mejor, ¿no?), con la que lo único que conseguís es terminar degradando y aplastando el lado más bonito de la vida.
Una armadura que se compone de todas las caricias, besos, abrazos, sonrisas, apretujones que acaban casi fundiendo un cuerpo con otro, bonitas palabras y demás empalagosidades, que, yo al menos no sé explicar por qué, en algún momento decidisteis no dar ni decir. 
Jamás dejaré de alegrarme de ser una sensiblona incapaz de ocultar lo que siente. Una apasionada de haceros saber todas las cursiladas que pasean por mi cabeza y mi cuerpo hacia cada uno de vosotros. Aunque, siendo franca, en alguna que otra ocasión he deseado poseer una puta armadura de esas. 
Pero, no nos sobra tanto tiempo como para andar perdiéndolo en camuflar sentimientos.

8 comments:

  1. no seas tan fantasma que la gente lleva armadura porque hay zorras como tu a alas que les hace falta mas de un rabo a la vez

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    1. jajaja si,muchos muchos rabos quiero. bueno gracias por al menos haberte molestado en leerlo!

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    2. Eres increíble Elisa, no hagas ni puñetero caso :D

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  2. me encnta elis! mucha razón

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  3. Increíble entrada, de las mejores que he leído! Mucha suerte y no cambiesss :)

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  4. amo este post, realidad en "papel"
    me encanta! un beso enorme
    http://antuttotuo.blogspot.com.es/

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  5. INCREIBLE!!!!! SIGUE ASÍ

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